Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la gran https://kallumfcrq322837.blogspothub.com/37425591/recordando-el-cabezazo-de-zidane-en-alemania-2006